Pues aquí le tenéis. Nada más y nada menos que
20 millones de euros la
Fundación Amancio Ortega pondrá a disposición de
Cáritas Española. La cuantía comprometida por el
magnate español,
equivale casi al
total de los fondos que las empresas destinaron a Cáritas el año pasado y
que alcanzó los 24,5 millones de euros.
El dinero, según precisó el director de Gestión de Cáritas, José Luis Pérez Larios, se destinará a «cubrir las necesidades básicas de las familias
dentro de un largo proceso de acompañamiento porque ayudar significa
también acompañarles para que puedan salir de la difícil situación en la
que se encuentran».
Como Escarlata O'Hara, Ortega juró a los 12 años que su
familia nunca más pasaría hambre, el día que comprobó que a su madre no
le fiaban ya en la tienda de ultramarinos y decidió dejar los estudios
para trabajar como "chico de los recados" en la camisería Gala de La
Coruña con tan solo 14 años.
Su afán de superación le llevó luego a
trabajar en La Maja, una empresa de confección de La Coruña con tiendas
situadas en los puntos más estratégicos de la ciudad, en donde aprendió a
ofrecer al cliente lo que buscaba y asimiló el oficio como una esponja,
hasta decidir crear su propio negocio.
Junto con
su entonces mujer, Rosalía Mera, sus hermanos Antonio y Pepita, su
cuñada Primitiva, y el futuro empresario textil y amigo José Antonio
Caramelo, Amancio Ortega abandonó La Maja en 1963 y creó "GOA
Confecciones" para producir batas acolchadas con guata en su interior.
A
sus veintisiete años, Amancio Ortega puso todo su empeño en lanzar esta
bata tanto para responder a la necesidad de la mujer trabajadora, como
para el ama de casa tradicional, y confeccionó diferentes modelos, como
si se tratara de una "necesidad social", a un precio de 98 pesetas.
El Grupo Inditex está formado por nueve
empresas, con 5.525 tiendas en todo el mundo, de las que 1.700 son de
Zara, su "buque insignia", y vende un total de 900 millones de prendas
anuales, para lo que cuenta con 110.000 empleados.
Considerado
el quinto hombre más rico del mundo por la revista Forbes, Amancio
Ortega sigue sin tener despacho, viste sin corbata, con camisa de manga
larga y pantalones de pinza y se le puede ver por los pasillos de su
empresa en Arteixo, retal en mano, conversando con sus trabajadores
sobre alguna cuestión para resolver o alguna idea que plantear.
Yo
desde aquí no puedo menos que aplaudir esta iniciativa y manifestar mi
admiración por una persona que se involucra ante la situación actual del
país. Que cunda el ejemplo.
MIL BESOS Y FELIZ SEMANA